Marcos, te mereces no un fragmento sino una antología entera. Qué clase más bien hecha. Llego cada día hecha unos zorros, pensando con cariño en el rinconcito de drogas que tengo escondido en un rincón del botiquín. Son mi puerta de emergencia, la llave para dejar de existir... pero alguna fuerza universal, me levanta del sofá y me obliga a venir a yoga... y después de yoga, vuelvo a tener ganas de existir.
Y cada día vamos ganando un poquito más de ánimo, un rayo de luz en medio de esa oscuridad salvaje en la que me sumen mi melancolía por la falta de serotonina.
Gracias por poner en mis manos otra vez, el arma que dejo caer a la puesta de sol.
Y cada día vamos ganando un poquito más de ánimo, un rayo de luz en medio de esa oscuridad salvaje en la que me sumen mi melancolía por la falta de serotonina.
Gracias por poner en mis manos otra vez, el arma que dejo caer a la puesta de sol.